Plano frontal:
La cámara se sitúa paralela al suelo, es
decir, tanto tú como tu cámara miráis de frente al personaje u objeto.
Es nuestra forma habitual de mirar, evoca cercanía y confianza.
Plano picado:
La cámara se sitúa por encima del
personaje pero en un ángulo más abierto que el cenital. Este tipo de
ángulo dota a tu sujeto con una cierta carga dramática, puesto que
posicionas a tu personaje u objeto por debajo de un ángulo ‘normal’, lo
que lo empequeñece, y lo dota de un cierto grado de vulnerabilidad.
Puedes usarlo en cualquier tipo de fotografía, pero verás que es común
en fotografía de niños/as (puesto que son naturalmente mas pequeños).
Plano cenital:
La cámara se sitúa por encima del personaje en ángulo perpendicular. Es decir, tú estás justo encima de lo que estás fotografiando, y lo que estás fotografiando lo tienes justo debajo.
Plano contra-picado:
La cámara se sitúa por debajo del personaje. Este punto de vista realza al personaje, le otorgas fuerza y grandiosidad.
Plano nadir:
La cámara se sitúa completamente por
debajo del personaje y perpendicular al suelo. Si el contra-picado
agranda al personaje, el nadir le otorga unas proporciones casi
irreales.
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