viernes, 16 de octubre de 2015

El REVELADO ANTIGUO



El REVELADO DEL NEGATIVO



El revelado del negativo es una de las etapas más sencillas de la fotografía, su importancia es fundamental y hay que realizarlo correctamente. Un error durante la realización de la copia trae consigo únicamente su repetición, pero estropear el negativo durante su revelado, implica muchas veces la repetición de la toma y esto no siempre es posible.



FUNDAMENTOS DEL REVELADO



Dos procesos: uno fotoquímico que transforma los haluros de plata en plata metálica al recibir un fotón y otro químico mediante el que las sales de plata con núcleos de revelado, pierden su átomo de bromo, cloro o yodo y se reducen a plata metálica.

Todos los reveladores tiene un pH más o menos básico, algunos son muy alcalinos. El revelador se va gastando a medida que recibe deshechos (iones de Br, Cl, y residuos químicos de las capas de la película.

Estos cristales sin reducir, pueden disolverse en un medio ácido como el que llevan los fijadores, pero debido a la alcalinidad del revelador, al pasar el negativo de un medio a otro se produce un descenso de pH en el fijador que lo estropearía en un par de sesiones.

Por tanto, se establece una etapa intermedia entre el revelador y el fijador consistente en un baño ácido que actúa como amortiguador del pH, es el llamado BAÑO DE PARO.

Al finalizar el proceso, la película sigue siendo ácida y se encuentra empapada productos y residuos químicos que conviene eliminar para conseguir una imagen estable en el tiempo, es la ETAPA DE LAVADO.




EL REVELADO



Aunque no resulta imprescindible, antes del revelado se suele realizar una fase de REMOJO INICIAL que consiste en llenar un par de minutos el tanque con agua a la misma temperatura a que se utilizará el reveladoEl remojo resulta muy aconsejable especialmente cuando la temperatura de ambiente está por encima de los 25º o por debajo de los 19º, o cuando el tiempo de revelado es inferior a 5 minutos.El tiempo de revelado varía  con el tipo de película, la marca y dilución del revelador y la temperatura a que se efectúe el proceso.





Por lo general en todos los envases de revelador figuran los tiempos y temperaturas de revelado de las principales películas. Estos datos son un punto de partida que luego, con la experiencia, acabaremos modificando ligeramente a nuestro gusto.



Una vez remojado el film, se tira el agua y se introduce el revelador a la temperatura recomendada por el fabricante (por lo general 20 o 24º) y se acciona el cronómetro.

Nada más llenar el tanque, damos un par de golpes contra la superficie de trabajo para eliminar las burbujas de aire que hayan podido adherirse a la película y comenzamos la agitación que ha de ser homogénea y suave.

El tanque, durante todas las etapas del revelado, debe agitarse para renovar la capa de reactivos en contacto con la superficie de la película, esta agitación puede realizarse de dos formas en función del diseño y modelo de tanque:
En la agitación por inversión: se cierra el tanque con una tapa hermética y se invierte cada cierto tiempo.

En la agitación por rotación: se hacen girar las espirales por medio de un eje.

En ambos casos se realiza una agitación inicial constante durante los 30 primeros segundos de revelado y luego se agita cinco segundos cada 30 segundos, hasta finalizar el proceso.







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