miércoles, 30 de septiembre de 2015

LOS PRIMEROS RETRATOS CON LA CÁMARA FOTOGRÁFICA

Los primeros retratos


En plena Revolución Industrial miles fueron las personas que acudían a las diferentes galerías de retratos de las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos, para dejar su imagen retratada para la posteridad. Los daguerrotipos eran mucho más económicos que los retratos realizados por pintores y requerían menos tiempo de exposición ante el retratista.

Sin embargo todavía los tiempos de exposición eran altos y requerían que el retratado estuviera prácticamente inmóvil para que la imagen saliera bien, resulta muy gracioso ver hoy en día las sillas con los sujetadores de cabeza que obligaban a la persona a permanecer totalmente quieta mientras se hacía la exposición.






Procedimiento de las primeras fotografías El procedimiento de Niepce. Las primeras fotografías realizadas por Niepce fueron con una cámara oscura bastante rudimentaria. Niepce ya la utilizaba previamente pero para dibujar o hacer observaciones.

 Niepce colocaba dentro de la cámara oscura una placa de metal embadurnada con un betún preparado con sales de plata y lo colocaba dentro de la cámara oscura, dejaba que entrara la luz por el orificio e impactara sobre la placa embetunada. Durante las primeras pruebas Niepce lograba que la luz impresionara en la placa, pero no lograba detener el procedimiento, por lo que las imágenes se perdían en pocos minutos. 

Luego de profundizar en sus investigaciones logró preparar un disolvente en el que colocaba la placa, luego de sacarla de la cámara oscura, con el que lograba detener el procedimiento.

 El procedimiento creado por Niepce tenía la dificultad de las largas horas de exposición, lo cual mejoró Daguerre posteriormente, reduciéndolo a menos de 30 minutos.

El procedimiento de Daguerre 

El procedimiento de Daguerre consistía en fijar las imágenes en una hoja de cobre, recubierta con un pulido de plata y yodo, creando una superficie sensible a la luz; esta placa se colocaba dentro de la cámara y se la exponía durante algunos minutos. Luego se lavaba la placa con una solución de cloruro de de plata, para detener el proceso y de esta manera quedaba la imagen que no se perdería, aún si se volviese a exponer a la luz.




Los daguerrotipos sin embargo tenían el inconveniente de que eran copias únicas, no se podían hacer reproducciones, eran el negativo y el positivo a la vez, dependiendo del punto de vista desde el cual se lo mirara y de la incidencia de la luz.


                                   



 La innovación de Talbot: el calotipo Fue Henry Fox Talbot, a quien nombramos anteriormente, quien logró poder sacar varias copias positivas de una negativa. Talbot desarrolló unas hojas de papel impregnadas de una solución de sales de plata, las cuales tomaban del negativo original las imágenes con los tonos invertidos en escala de grises, obteniendo pues un positivo. Perfeccionó este invento hasta que lo difundió en 1841, con el nombre de calotipo.

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